Mi consulta al Oráculo de Delfos
Tras ingerir algunas provisiones que llevaba en la mochila y recuperar un poco las fuerzas, me dirigí hacia el Templo de Apolo, ascendiendo por la Vía Sacra.
Pasé ante los Tesoros de Sición, de Sifnos, de Cirene, de Cnido, de los Atenienses, el Bouleterión… y tras pasar ante el Tesoro de Corinto, giré a la izquierda y ya pude ver de cerca el Templo de Apolo con el Altar de los Sacrificios delante.
Realice mi ofrenda y deje encima del Altar unos pocos frutos secos, unas monedas, dos hojas de laurel y una ramita de olivo.
Tras esto, entré en el Templo y recordé que Pitón era hijo de la Diosa Gea (la tierra) y Gea cedió su parte a Temis, y esta, se la regaló a Apolo.
Pues bien, realice mi consulta al Oráculo de Delfos a través de la Diosa Temis y este me contestó diciendo:
–
– “Diego, al anochecer, ve a la Fuente Castalia, bebe tres tragos de agua seguidos, sin respirar, y prepara una hoja de papel y un lápiz. Reflexiona después un rato y comienza a escribir lo que te dicten las musas, pues yo las orientare con relación a tu caso”.
Salí del templo y continué con la visita de las ruinas de Delfos, pasé por el Monumento del Auriga, por el Teatro, por el Estadio donde se celebraban los juegos Pitios, el Santuario de Dionisos, la Stoa de Atalo…
Y entre al Museo, donde se guardan la mayoría de los tesoros arqueológicos encontrados durante las excavaciones… el Auriga, la Esfinge de Naxos, Antinoo, Cleobis y Bitón, la piedra Ónfalo…
Cuando terminé la visita, me dirigí a la Fuente Castalia, como me dijo el Oráculo, era ya tarde y no había nadie, me senté al lado del agua, y seguí las instrucciones del Oráculo, tras 10 minutos de espera y reflexión, recibí la visita de las Musas y comencé a escribir…
Titulo: “Reacción
de un cerebro ciudadano,
ante el ataque y acoso,
de un Miserable Gusano”
Un gusano pestilente,
nauseabundo e incoherente,
Vengativo y mal oliente.
Impaciente por vengarse
de su ex amigo escritor.
El que informa y difunde
las fotos de su ilusión:
la Historia y la Arqueología,
de esta nuestra Región.
Materiales encontrados,
esparcidos por el suelo,
de los campos colindantes
de nuestro querido pueblo.
Removidos por tractores
en sus trabajos de arado,
de aquel terruño ocupado
por antiguos pobladores.
Hombres primitivos que,
deambulaban por la tierra,
que pintaban las paredes
de sus abrigos rocosos.
Con caballos, ciervos, cabras
y cigüeñas en reposo…
más, el magnifico toro,
con su perfil poderoso.
Por el Arabí corría
un grupo de cazadores,
con sus arcos y sus flechas,
sus lanzas y propulsores.
Persiguiendo las manadas de…
ciervos… cabras… muflones…
asaetando a las piezas
que a su alcance se ponían…
y después se las comían.
También estaban los íberos
en sus primeros poblados,
con mujeres, hombres, niños
a sus tareas dedicados.
Unos construyen las casas,
otros trabajan el barro,
creando grandes vasijas
para almacenar el grano.
También elaboran vasos,
cuencos, jarras y jarros
finamente decorados,
con rallas, círculos, peines…
y figuras a los lados.
Los nobles son los guerreros,
con sus armas equipados,
caballo, escudo, falcata
y pilum bien afilado.
También están las necrópolis
con los restos calcinados,
conservados en vasijas
y con sus armas al lado.
Después vienen de Cartago
a conquistar estas tierras…
y tras ellos los romanos
que al fin se quedan con ellas.
¡ Ya estamos civilizados !
El Latín es nuestra lengua
y la Ley es… “El Derecho Romano”.
Sangre, sudor y lagrimas…
todo esto a costado.
D. V. C.