Nuestra afición a la espeleología, es decir, explorar cavidades subterráneas, cuevas, simas y cavernas, se desarrollo de forma paralela a las actividades de montaña y aire libre. Las primeras experiencias se remontan a la edad escolar, cuando al salir del colegio nos juntábamos los amigos y nos metíamos a recorrer los minados del Cerro de la Fuente y del Caño, uno de los alicientes, era observar las bóvedas llenas de murciélagos, y sentir como revoloteaban por nuestras cabezas.

1960.-  Explorábamos la Cueva del Tesoro del Arabí y la Cueva Santa de Caudete.

1963.- Descendimos a las cuevas del Murciélago en la Peña Rubia de Gehegín y a la de la Barquilla en Caravaca. Cueva Santa en Caudete. Cueva del Murciélago en La Alquería.

1964.- La Cueva de los Mármoles en la Fuente del Pino. Cueva Santa. Cueva del Tesoro. Sima I del Cerro de la Lobera. Exploramos con espeleólogos del Centro Excursionista de Alcoy la Simas I, II, III, IV, V y VI del Cerro de la Lobera.

1965.- Las Simas del Cerro de la Lobera. Visita a la Cueva de Nerja. Descenso a la Sima del Carche. Descenso al Pozo de Cano. Exploramos la Sima del Cerco en Jumilla. Exploración de la Cueva del nacimiento de agua en Sierra Espuña.

En el 65 ampliamos nuestras salidas y exploramos la Cova Juliana de Alcoy y la Sima Simarro que es donde se llevó a cavo un año antes la Operación “500 horas bajo Tierra”, también hicimos varios viajes a la Cueva de los Chorros del Rio Mundo (donde yo sufrí un accidente en mi primera exploración y me fracture un tobillo).  Visita de dos minas en La Unión (Cartagena). Exploramos en el Minao la Sima Prats.

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